Corrupción, guerra, narcotráfico, robo, violencia individual, familiar, social, institucional, injusticias, inequidad, destrucción.
¿Son éstos, acaso, los pilares de nuestra sociedad ecuatoriana?. Y digo los pilares de la sociedad,
porque es lo que vemos todos los días, cada vez que encendemos el
televisor o leemos un diario, nos alimentamos de estos elementos que generan en la sociedad y en cada uno de nosotros, desconsuelo, desesperanza, ansiedad, depresión, angustia e ira, etc.
¿Es ésto la sociedad ecuatoriana?,
¿Son éstas realidades las muestras de la fraternidad, la libertad y la
igualdad que fueron ganadas con la sangre de héroes, a través de las
luchas de las épocas de las luces y la revolución Francesa?.
¿Debe
el hombre seguir sintiéndose esclavo, ya no de una tiranía monárquica,
sino de algo más despreciable aún como son los delitos y los antivalores?.
Tú, que me escuchas hoy. ¿Es aquello lo que quieres?. Estoy seguro de que tu respuesta es ¡NO!.
Has
escuchado, en innumerables ocasiones, que la delincuencia se va a
reducir con nuevas constituciones, con leyes más estrictas. Te habrán
dicho más de una vez que la justicia será mejor cambiando a los jueces,
reformando los códigos y haciendo más dura las penas.
Nuestra
esperanza ya no radica en la fe en nosotros mismos, sino que, todas
nuestras aspiraciones se consumen en la ilusión de la ley.
Como criminólogo y abogado penalista
puedo asegurarte que la ley no cambia conductas, y si lo hace, lo hace
por la fuerza. Te pregunto a ti, que me escuchas, ¿quieres ser dominado sólo por la fuerza?. Tu respuesta seguramente será que ¡NO!.
Vamos
resumiendo hasta ahora. No vivimos una democracia plena, los valores
que se nos inculcan por medio del escenario de vida que son contrarios a
los que cualquier ciudadano aspira.
Vivimos en una cultura de guerra. Por eso, yo te vengo a proponer hoy vivir en una “Cultura de Paz”.
Pero, ¿en qué consiste esto?.
Veamos el escenario actual,
estamos regidos por los antivalores, nuestra democracia no es plena,
los ideales no se satisfacen, el progreso no termina de llegar, el ser
humano vive en una eterna lucha que le produce sentimientos malos. Quieren imponernos por la fuerza, actos que incluso van contra nuestra voluntad.
Pero esto puede cambiar. Existe una forma, la cual sin embargo requiere de un
involucramiento pleno de cada uno de nosotros. Tú, ciudadano, tú, ser
humano, eres más que una fría ley. Tú, ciudadano, tú ser humano, eres
algo más que aspiraciones no cumplidas. Tú, ciudadano, tú ser humano,
eres algo más que antivalores que rigen tu conducta, o sino la rigen,
que genera una influencia negativa. Tú, ser humano, tú ciudadano, eres
algo más que una serie de malos sentimientos que afectan tu vida a nivel
individual, familiar y de tu comunidad.
Es tanta la cantidad de amenazas que recibimos a diario, que nos hemos vuelto nosotros una amenaza hacia los demás. Los
seres humanos somos algo más hermoso que eso. Somos personas capaces de
crear belleza, brindar solidaridad, generar paz, dar amor.
Los seres humanos responden a un derecho superior que el derecho positivo. Respondemos que las
obligaciones contenidas en códigos jurídicos y estas obligaciones
responden a su vez a un derecho universal anterior y muy superior a la
esclavitud de la guerra, y a los antivalores.
El
proyecto Liga de Valores nació como producto de una investigación
científica que me fue encomendada por una prestigiosa universidad. Se
trató de una investigación basada en la criminología, que surgió a
partir de la necesidad de saber, por qué la gente comete delitos? Y tiene conductas ofensivas?.
También
se esperaba descubrir por qué la gente no lleva una línea recta en su
conducta con relación a su moral, la cultura y la ley. Es decir, por qué
hay una desconexión entre estos tres mecanismos de regulación de las
conductas, siendo que, las tres proponen el establecimiento de una
sociedad donde prime la paz.
Éste estudio se llamó “Mecanismos Cognitivos De Desplazamiento Moral”.
Al
realizar esta investigación, me adentre como base teórica, en las
ciencias como la criminología, la psicología y la sociología, además
encontré ensayos de Cultura de Paz Ciudadana y de proyectos ya
ejecutados en otros países con resultados positivos, en particular el de
Antanas Mockus, la ´Cultura de Paz´, realizado en la ciudad de Bogotá y que se ha replicado en otras ciudades de nuestra vecino país Colombia.
El estudio, que duro alrededor de un año, me permitió llegar a las siguientes conclusiones:
Desde
el ámbito de la psicología social, se nos presentan las teorías del
aprendizaje social y del conductismo, que nos dicen, que es verdad que
la sociedad hace al individuo, pero que no es menos cierto que nosotros
los individuos somos los que hacemos esa sociedad; es decir, el cambio
hacia una sociedad ideal, depende de todos nosotros.
Como
segunda conclusión, descubrí que hay un divorcio entre lo que la ley
nos propone, entre lo que la cultura nos impone y entre lo que la moral
nos conduce. Es decir, una falta de congruencia que debilita la
estructura social y estatal; que permite la violencia, que genera crisis
individuales y sociales.
Por
ejemplo, al existir el mencionado divorcio, nos quedamos como esos
niños en medio de la pugna de sus padres, haciendo la siguiente
analogía: El padre es el estado, la madre es la cultura y la moral,
mientras que somos el niño atormentado con terribles consecuencias, que
ante esta angustia, generamos crisis de identidad y por lo tanto crisis
en nuestro actuar, moral y ético.
La
tercera conclusión, proviene de un concepto de la Sociología, que nos
dice que somos actores y también público de un drama teatral llamado
sociedad, en donde recibimos -mediante un proceso que se llama
“Comportamiento Modelado”- estímulos que también son generados por tendencias, es algo así, como cuando se juega a las canicas, usted golpea la canica y esta mueve otra canica… Nosotros somos las canicas de la vida.
Entonces
estamos recibiendo estímulos negativos, antimorales, antiéticos y
estamos devolviendo como la canica que rebota -no siempre- pero casi
siempre, comportamientos negativos, antimorales, antisociales, que
destruyen la democracia y por lo tanto la paz social.
Hechas
estas conclusiones, decidí emprender el desafío de que mi proyecto
sirva para hacer un aporte real e incentive un cambio positivo.
Pero, ¿Cómo se lograría cambiar a la sociedad? ¿Cómo lograr tratar estos temas sin generar aburrimiento?. Porque nadie quiere escuchar de grandes teorías, ni acerca de lo que no hacemos bien o hacemos mal…
Tomando
en cuenta que toda voluntad humana quiere un cambio, nació la idea más
simple pero que bien aplicada, puede transformar la democracia, el
cambio de los antivalores a los valores y las acciones pro-sociales como
algo común.
Y,
lo más importante, podrá encontrar, saborear, disfrutar, garantizar la
paz social. Después de leer una frase de Alcohólicos Anónimos, que dice: “hágalo simple pero hágalo”, surgió la idea que dio forma a Liga de Valores. Es un proyecto simple que solo requiere de buena voluntad.
Sabemos
que todas las personas, dentro de sus parámetros de normalidad anhelan
vivir en paz. Habitar en un país de paz, tomando en consideración que la
paz es el único medio posible, para el completo ejercicio de todos
nuestros derechos fundamentales y que es la llave del progreso, es la
virtud de la democracia, es lo que nos va a permitir respetar las
normas, convivir en armonía con los demás y obtener trabajo en buenas condiciones, da equidad y es la única que permite, la vigencia plena del contrato social.
La Cultura de paz se genera mediante acciones continuas, implícitas y orientadas hacia ese objetivo.
El Ab. Juan José Hidalgo durante la presentación del proyecto Liga de Valores. |
La
Cultura de Paz pretende mejorar la forma en que el ciudadano trata al
estado, la forma en que el ciudadano trata a otro ciudadano, y la forma
en que el estado trata al ciudadano, queriendo con esto definir la
calidad de la ciudadanía.
¿Se puede generar una cultura de paz?.
La
respuesta es afirmativa. El ser humano en sí mismo es un ser cultural,
porque a raíz de la misma cultura interacciona con otras personas.
Estas
interacciones pueden modelarse, como por ejemplo logra hacerlo en la
conducta del consumidor a través de la publicidad, el marketing, o como
se hace en la política, a través de estrategias específicas.
Eleonor
Russell, defensora de los derechos humanos y copartícipe de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, apropiadamente dijo, “No
basta con hablar de paz, uno debe de creer en ella y trabajar para
conseguirla” .
Juan
Pablo II, expresó también que: “La democracia necesita de la virtud,
sino quiere ir en contra de todo lo que pretende defender y estimular”.
Partiendo
de estos dos grandes pensamientos, esto es, de que la virtud es
necesaria para una plena vigencia democrática y que debemos trabajar
para conseguir la paz, nace Liga de Valores, que es una acción de
Cultura de Paz.
Es
decir que, a través de la difusión, dentro del ámbito de su
influencia, quienes decidan ayudar a generar una Cultura de Paz
Ciudadana, deben realizar acciones que mitiguen las conductas
antisociales y ofensivas, generando la aceptación voluntaria de las normas
jurídicas. Y viceversa; que las normas jurídicas, se nutran de las
conductas pro-sociales de los ciudadanos que sean aceptablemente
democráticos, en busca del bien común, y que no se desplace la moral cada vez que alguna situación nos impulsa hacerlo.
Los
valores tienen que ser promocionados, tienen que ser accionados, los
valores son el conducto que permite una convivencia sana y segura. Es lo
que nos va a permitir ser mejor padre, mejor hijo, mejor empleador,
mejor empleado. En fin, un mejor ciudadano, unirse a la Liga de
Valores, es unirse al cambio social, porque el cambio nace de cada uno de nosotros y el poder de ese cambio es de cada uno de nosotros.
Cada
uno de nosotros, puede convertirse en un agente de cambio, a largo,
corto y mediano plazo, solo hay que escoger un valor y promoverlo en el
área de nuestra influencia; y así nos daremos cuenta, cómo, de la
violencia pasamos a la paz, con una simple acción.
Promoviendo
uno o varios valores en nuestra casa, en nuestro trabajo, en nuestra
comunidad, lograremos el cambio significativo, el más deseado, desde que
el hombre piso la Tierra: un lugar mejor, un mundo mejor para vivir.
Por
eso hoy te desafío a ser un agente de cambio, a generar una Cultura de
Paz y a hacer del mundo un mejor lugar para vivir, para nuestros hijos,
para ti y para los que vendrán
¡ÚNETE A LA LIGA DE VALORES!
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